miércoles, 26 de enero de 2011

En tierra extraña

Mucha gente me pregunta qué tal llevo el estar lejos de casa, de mi ciudad ... como si no fuera evidente.
Curiosamente, al principio no me costaba tanto desprenderme de tantas cosas, quizá por la ilusión que implica un cambio de aires. Pero el tiempo pasa, y tengo que reconocer que cada día se me hace mas cuesta arriba.
La distancia no hace olvido, para mí es todo lo contrario. Siempre hay algo que te recuerda a tu hogar, a tu gente, a tus calles, ...dios mío, a tantas cosas. Y es como si el corazón se encogiera un poquito; en ese momento, tengo que respirar hondo e intentar sobreponerme.
No puedo deciros que sea fácil, porque indudablemente no lo es, pero prefiero sentir esa tristeza, porque significa que amo y extraño lo que tengo tan lejos y a la vez tan cerca.
Mientras tanto, intento que mi vida en tierra extraña sea lo más llevadera posible, cogiendo lo que me conviene y dejando pasar lo que no. Echándole coraje y buen humor, pa que se note de dónde vengo.

Supongo que todos en algún momento hemos sido forasteros en tierra extraña. ¿Lo compartís conmigo?

1 comentario:

  1. Joooooooooo, como te entiendo!!!!! Con humor y dos ovarios!!!!!

    ResponderEliminar